miércoles, 12 de mayo de 2010

Calmas la sed del impulso,
que inquieto te busca solo a ti;
porque sabe que allí encuentra
goce, plenitud y completud.
Erguido coraje que endulza la piel,
y quema suavemente sellando el amor.
Diez traviesos lo acompañan para lograr
estallar con ellos la pasión.
Acallas el grito del placer,
con un beso profundo que roba el aliento
y el cuerpo relajado descansa sobre tu pecho
que guarda tu corazón agitado y satisfecho.

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2 comentarios:

  1. Apetito y codicia
    por esos instantes
    donde sin aliento
    prosigue el sueño.

    Un abrazo.

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