A escondidas lleno el vacio
de la ausencia de tus besos,
en soledad cubro mi cuerpo desnudo
que no tiene tus abrazos.
La piel reseca busca el manantial
donde nutrir su ansia.
No la culpes... ella siempre te aclama,
pero tu indiferencia hace pecar el alma.
¿Desde cuándo es pecado la supervivencia?
ResponderEliminarUn abrazo.
Fantastico poema, conciso pero con las palabras justas.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Saludos desde España